viernes, 7 de mayo de 2021

Compartir todo

Una pareja de ancianos va a un restaurante de comida rápida, donde con cuidado divide en dos la hamburguesa y las patatas fritas. Un camionero siente pena por ellos y se ofrece a comprarle a la esposa su propia comida.
- —No se preocupe - —dice el anciano—, - nosotros compartimos todo.
Unos minutos después, el camionero se da cuenta de que la esposa no ha probado bocado.
- —De verdad no me importa comprarle su propia comida —insiste.
- —No se preocupe, ella comerá su parte —. Lo compartimos todo.
Poco convencido, el camionero le pregunta a la esposa:
- —¿Por qué no come?
- —¡Porque estoy esperando a que mi esposo me preste la dentadura!

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