A Manuel le regalaron un loro por su cumpleaños. Era un loro muy mal educado y que decía muchas palabrotas. Manuel trató de corregir la actitud del loro sin éxito, hasta que un día perdió la paciencia y metió al loro en el congelador.
Después de un rato, Manuel arrepentido sacó al loro del congelador.
El loro salió y con mucha calma dijo:
- Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido mis disculpas y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi vocabulario.
Manuel estaba muy sorprendido y antes de preguntarle por el cambio de actitud, el loro dijo:
- Te puedo preguntar, ¿Qué fue lo que hizo el pollo?
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