Una rubia imponente saluda a un hombre y este mira a todos lados sorprendido de que sea a él. Al final se acerca y le pregunta:
- ¿Me está saludando a mi?
- Claro.
- Perdone, pero.... ¿nos conocemos?
- Claro, usted es el padre de uno de mis niños.
El hombre duda un momento, la mira, la remira, nervioso, preocupado, y contesta:
- ¿No será usted la stripper de la despedida del Aurelio, a la que tumbé encima de la barra del bar, le eché la botella de ron por el cuerpo, la chupé entera, y luego me follé mientras una compañera suya me chupaba los huevos y otra me metía un consolador anal por el ojete?
- Eh... no... soy la profesora de su hijo.
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