Dos borrachos se encuentran en la calle y uno le dice al otro:
- Oiga, ¿sabe que a mi todavia no se me quitan las ganas de beber?
A lo que el otro responde:
- Yo estoy igual, vamos a mi casa a seguir bebiendo, es aquí en la esquina.
- Pero no puede ser, yo vivo en la esquina.
- No, yo vivo en la esquina.
- ¡No! que ¡yo vivo en la esquina!
- A ver, vamos toquemos el timbre y veamos ¡quien vive ahi!
- Listo.
Los dos borrachos tocan el timbre, sale una mujer y dice:
- ¡Pero que bien! ¡que bien!... ¡padre e hijo borrachos!!
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