martes, 19 de noviembre de 2013

Madrugadores


    Hoy me levanté temprano, me vestí lentamente, cogí el casco y los guantes, me fui silenciosamente al garaje, arranqué la moto y procedí a sacarla del garaje.

    Al salir me encontré una lluvia torrencial, toda la calle inundada y un viento helado que  al menos a unos 100 km/h.
    Volví a meter la moto en el garaje, puse la radio y me enteré de que el mal tiempo iba a durar todo el día.
    Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama.
Despacito me acurruqué contra la espalda de mi mujer, y le susurré al oído: '¡El tiempo afuera está horrible!'

    Ella acariciándome, me contestó medio dormida:
- "Ya lo sé. ¿Te puedes creer que el gilipollas de mi marido se ha ido en moto?"

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